¿POR QUÉ LAS MUJERES MATAN MENOS QUE LOS HOMBRES?

 

Podemos comprobar que, referirse al comportamiento violento de la mujer supone poner el foco de atención en un fenómeno extraordinario ya que, efectivamente, si atendemos al informe sobre homicidios en España, podemos comprobar que solo un 11 % ha sido perpetrado por mujeres.

Para ilustrar este punto, el profesor de criminología Eric Monkkonnen, analizó exhaustivamente las
estadísticas de homicidios en algunas ciudades. Se encontró con factores detonantes de estas acciones delictivas, desde el rol del hombre y la mujer en la sociedad, el consumo de alcohol, el acceso fácil a armas de fuego, la tendencia masculina a participar en pandillas o en actividades del crimen organizado etc.

Si desarrollamos dichos factores encontramos que, el consumo de alcohol y/o drogas ilícitas aumenta el riesgo de cometer un homicidio. En algunos países, más de la mitad de los homicidas hombres actuaron bajo la influencia del alcohol. Además, las armas de fuego son las armas homicidas más utilizadas, al causar 4 de cada 10 homicidios a nivel mundial.

Otra explicación tendente es que, el asesinato puede tener una explicación biológica, teniendo en cuenta las diferencias de género. Entre esas diferencias se incluye la testosterona.

De acuerdo con Pueyo, cuando uno observa que los hombres son más violentos físicamente, más agresivos que las mujeres, más competitivos, la razón sería el alto nivel de testosterona. Y es que,  el tipo de asesinato más frecuente entre los hombres es el que acontece en el marco de la pelea, en el contexto del ocio o de bandas que compiten en el ámbito de la delincuencia, señala.

Desde el ámbito sociológico, se demuestra que los niños y los hombres son socialmente recompensados por ser físicamente fuertes y dominantes y socialmente ridiculizados si se muestran débiles o sumisos. Las mujeres, al contrario, son premiadas socialmente por su comportamiento tranquilo, subordinado y pacífico. Debido a que se espera que los hombres sean violentos y las mujeres pacíficas, hay hombres y mujeres que viven para satisfacer esas expectativas, según explica el autor.

Como sociedad, plantea Caron Gentry, asumimos que las mujeres son más pacíficas, más gentiles, más dadas a criar, a educar. Se les pide que no actúen como niñas, como mujeres, lo cual deja muy claro que el comportamiento no agresivo es un atributo femenino, no de un hombre real. Y como sociedad, no sabemos cómo actuar cuando no se cumple este patrón preestablecido, puesto que las mujeres han estado envueltas en genocidios, en terrorismo, en torturas… al igual que los hombres, señala Gentry.

Podemos decir que, en la mayoría de los casos, las mujeres matan para defenderse o para proteger a sus hijos. Sin embargo, si nos concentráramos en los infanticidios encontraríamos que la balanza del sexo de los perpetradores cambia, ya que las mujeres son las que se encuentran a cargo de su cuidado, advierte Pueyo.

Por tanto, es atrevido sacar conclusiones determinantes sobre por qué los hombres cometen más homicidios que las mujeres, pues, como advierten los expertos, cada homicidio responde a una situación en particular y en ella confluyen varios factores de los comentados.


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